Clan Arellano: riqueza impune
La madre, esposas e hijos de los hermanos Arellano Félix siguen disfrutando de una fortuna hecha con el narcotráfico. El gobierno de México ha dejado pasar dos décadas sin probar el origen ilícito de sus inmuebles y sin declarar la extinción de dominio. Los hermanos Arellano han ido recuperando su patrimonio en las cortes.
Por LUIS CARLOS SÁINZ, ALEJANDRO ARTURO VILLA, JULIETA ARAGÓN y EDUARDO VILLA / ZETA
21 de agosto 2021
Eduardo Arellano Félix, cabecilla de uno de los cárteles de la droga más sanguinarios, concluyó su sentencia en Estados Unidos el 18 de agosto de 2021. Sin una petición de deportación expresa de la Fiscalía General de la República (FGR), el gobierno americano sólo tiene obligación de informar -enviando una lista- del exilio de los mexicanos, al titular del Instituto Nacional de Migración del puerto por el que decidan retornarlo al país.
Hace 13 años, tras cumplir una breve sentencia, el mayor de sus hermanos, Francisco Rafael Arellano, estuvo en la misma situación. Fue deportado a México el 4 de marzo de 2008 por Ciudad Juárez. Sin orden de captura en contra, entró caminando, buscó transporte y tomó un avión a Tijuana para regresar a su vida de ostentación. No hubo anuncios públicos del proceso de expatriación.
Francisco regresó a su vida de millonario, al punto que fue asesinado cinco años después -en octubre de 2013- mientras celebraba su cumpleaños con un lujoso festejo en Los Cabos, Baja California Sur porque, salvo los 200 millones de dólares que Estados Unidos hizo entregar a tres de sus hermanos, la fortuna amasada por los criminales de la familia con la venta de droga, corrupción de autoridades y homicidios, no ha sido tocada por las autoridades en México, más allá de los 3 mil 500 pesos de multa que le impusieron a Benjamín Arellano cuando también lo sentenciaron a siete años por portación de arma de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas y a 22 años por delincuencia organizada.
Lo mismo sucederá con “El Doctor” a partir del lunes 23 de agosto, porque autoridades mexicanas informaron a ZETA que es la fecha tentativa programada para la deportación de Eduardo Arellano, la cual se realizará por el puerto fronterizo de Matamoros, Tamaulipas, zona controlada actualmente por los cárteles del Golfo, Los Zetas y el cártel del Noroeste, una escisión de Los Zetas, y las células criminales identificadas como Los Ciclones y Los Escorpiones
Entonces, si durante el próximo fin de semana la FGR no integra un expediente en su contra, Eduardo Arellano, igual que su hermano mayor, podrá cruzar caminando la frontera, para buscar el transporte que lo acerque con su familia y regresar al cobijo de los miles de millones de dólares que han fraguado a través de actividades criminales en que han participado por 45 años, si se considera que el mayor, Francisco, fue detenido traficando droga en Tijuana en 1976; durante 35 años, si se parte del año de la imputación formal que hizo el gobierno de EU en contra de varios miembros de la familia, o 28 años a partir de que el gobierno de México los acusó formalmente tras el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.
A pesar que el Artículo 22 Constitucional, faculta a la autoridad federal para quitarles a los hermanos Arellano, cómplices y parientes, cualquier bien producto de actividades criminales, la FGR, ni lo han intentado.
Eduardo, de 64 años, disfrutará de la riqueza familiar a la que volverán sus hermanos: Benjamín, quien será liberado tras 25 años en 2036, a los 84 años, si consideran su pena a partir del año 2011 en que fue extraditado; o en 2027, a los 75 años, si el juez cambia de opinión y decide considerar los nueve años que estuvo encerrado en México.
Javier, quien conforme a su sentencia saldrá con 65 años cumplidos en enero de 2030, o cuatro años antes en 2026, si reintentan convencer al juez de una segunda reducción de la pena, pero al salir, “El Tigrillo” deberá cumplir cinco años de libertad condicional en la Unión Americana.
Es la misma opulencia que han gozado por años y siguen disfrutando, la madre, hermanas y hermanos, esposas, ex esposas e hijos de los capos. En un rastreo de transferencias de propiedades, reportes de la Fiscalía General de la República (FGR), juicios testamentarios y proceso de recuperación de propiedades, ZETA identificó a 37 integrantes de la dinastía Arellano. Se les buscó en los registros Agrario, de Profesiones, de la Propiedad y el Comercio, y a ninguno se le encontró actividad productiva en México. Sin embargo, algunos de ellos, como la madre del clan, Alicia Isabel Félix Zazueta, han participado activamente en la compraventa de inmuebles, incluso peleado judicialmente su recuperación, cuando han sido asegurados.
Detenidos en diferentes momentos en suelo mexicano, ni Francisco, Benjamín, Eduardo y Javier -en aguas internacionales-, fueron procesados por lavado de dinero. Sólo el sobrino, Fernando Sánchez Arellano -capturado en 2014-, tiene un proceso pendiente de resolver por ese delito, en cambio, la FGR ha perdido el resto, siendo incapaz de presentar los elementos de prueba suficientes para sostener tres cargos por delincuencia organizada y uno por homicidio.
En general, ninguno del linaje Arellano ha sido investigado para determinar si existe “discrepancia fiscal” entre lo que “ganan” y lo que “gastan y poseen”, menos por enriquecimiento ilícito. Los inmuebles que se les aseguraron a los hermanos detenidos, tampoco fueron impactados por acciones de extinción de dominio. El Ministerio Público federal no se tomó la molestia de investigar si podían acreditar la legítima procedencia de los bienes patrimoniales.
ACERCA DE LA EDITORA
Rosario Mosso, editora general de Zeta.
Con 31 años de experiencia, Rosario es editora general de ZETA, semanario y medio digital de Baja California y es una de contadas periodistas en México que ocupa un cargo directivo en un medio de comunicación.
Ella ha dirigido investigaciones sobre crimen organizado, incluyendo reportajes acerca de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación. Rosario recibió el premio a la Valentía en el Periodismo del International Women’s Media Foundation.
Carrie Kahn, corresponsal en México de National Public Radio -la radio pública estadounidense- fue su mentora durante MásterLAB, el programa de formación de editores de reportajes de investigación organizado por Quinto Elemento Lab. Rosario participó en MásterLAB 2021.
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