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Litio brasileño se volvió ‘carbono neutral’ con proyecto de carbono con sospechas de deforestación

Una empresa minera canadiense promocionó el litio verde y “quíntuple cero” extraído en el estado brasileño de Minas Gerais, pero las emisiones contaminantes de gases de efecto invernadero fueron compensadas con créditos de carbono de un proyecto bajo sospecha de deforestación, apropiación indebida de tierras públicas, corrupción y otros posibles delitos en la Amazonia brasileña

Por  isabel Harari (Repórter Brasil), Andrés Bermúdez Liévano (CLIP), Kuek Ser Kuang Keng y Jelter Meers (Pulitzer Center)

30 de octubre de 2025

La empresa Sigma Lithium suele decir que su modelo minero en Brasil está elevando la calidad del negocio global del litio.

“Operamos a la vanguardia de la sostenibilidad ambiental y social en la cadena de suministro de materiales para baterías de vehículos eléctricos”, dice una y otra vez la minera canadiense en sus comunicados. A su producto estrella, que extrae en el norte de Minas Gerais, Sigma lo bautizó primero como “litio verde triple cero” y más recientemente como “litio verde quíntuple cero”.

Esos múltiples ‘ceros’ aluden a las tecnologías con que Sigma dice estar trazando “un nuevo estándar para la minería” y “el camino hacia delante para el sector metalúrgico”. Según explica, utiliza “cero agua potable” (ya que toda es agua sucia tratada y recirculada), tiene “cero presas de relaves” (dado que elimina sus residuos vendiéndolos o reciclándolos para pavimentar carreteras), usa “cero electricidad carbono intensiva” (porque toda la que usa viene de fuentes renovables) y genera “cero químicos tóxicos” (gracias a que emplea un método llamado ‘separación de medios densos’). Es una narrativa que está en el centro de su marketing, pero también parte de una estrategia de negocios que le ha permitido cosechar precios más altos en el mercado.

Hay un quinto cero fundamental en la narrativa de Sigma: su operación minera, dice, es “cero carbono” o “cero emisiones netas de carbono”. Eso significa que la cantidad de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático -como CO2- que arroja a la atmósfera es igual a la que ha eliminado. Algo que ha logrado, en sus palabras, “reduciendo eficazmente su huella de carbono con una serie de iniciativas pioneras”, como las compensaciones u offsets de carbono.

Cuando Sigma Lithium anunció el 23 de julio de 2023 su primera cargamento de 30 mil toneladas de litio y subproductos, enviado a China en presencia del vicepresidente Geraldo Alckmin y del gobernador mineiro Romeu Zema, explicó que alcanzó la carbono neutralidad de su cargamento “compensando el carbono restante "difícil de reducir o abatir" emitido durante su proceso de producción”, tanto en su mina como en su planta de procesamiento. Lo hizo comprando 59 mil créditos de carbono de un proyecto del mercado voluntario de carbono en la Amazonia brasileña.

Ese proyecto que bajó a cero la huella de carbono de su operación minera en ese primer año de producción, sin embargo, lleva más de un año bajo la mira de las autoridades brasileñas por sospechas de deforestación ilegal, apropiación indebida de tierras públicas, corrupción y otros posibles delitos, según revelaron una investigación periodística y la Operación Greenwashing lanzada por la Policía Federal en junio de 2024. Ese señalamiento llevó a que la certificadora internacional que lo avaló en su momento lo suspendiera. A hoy el proyecto sigue en pausa.

Esto significa que los créditos de carbono que usó Sigma Lithium en ese año pueden haber resultado de baja integridad ambiental. Por tanto, su afirmación de que su cargamento inicial de litio era ‘cero en carbono’ podría quedar en duda. Aunque usó esos créditos del proyecto diez meses antes de que se conocieran las denuncias sobre la relación de éste con posibles crímenes ambientales, la minera no ha dicho públicamente nada en el año que ha transcurrido desde que se tuvo noticia de la investigación criminal sobre este hecho ni sobre la debida diligencia que realizó antes de comprarlos para asegurar su calidad. Tampoco ha revelado si reemplazó esos créditos de carbono problemáticos por otros.

Consultada por esta alianza periodística, Sigma Lithium señaló que no usa créditos de carbono desde 2024, cuando cambió su estrategia de usar compensaciones ambientales externas por reducir las emisiones de su propia producción. “La empresa reafirma su compromiso con una minería de muy bajo impacto ambiental, basada en la innovación tecnológica, la salud, la seguridad y la responsabilidad socioambiental, en línea con los objetivos globales de descarbonización”, dijo, sin explicitar qué la llevó a realizar ese cambio. Sigma no respondió a preguntas posteriores sobre qué procedimiento de debida diligencia usaba para evaluar la calidad de los proyectos de carbono, qué medidas tomó una vez se enteró de los problemas de Unitor, ni si comunicó a sus compradores y accionistas el hecho de que el ‘cero’ emisiones de su litio pudo haber quedado comprometido.

Estos son los hallazgos de una investigación periodística hecha por Repórter Brasil y el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), en el proyecto Litio en Conflicto que reunió a diez medios de la región para entender algunos de los conflictos que rodean a la industria del litio en América Latina. Esta investigación también contó con el apoyo del Rainforest Investigations Network del Pulitzer Center.

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Sigma Lithium describe su producto como “litio quíntuple cero” por cuenta de no usar químicos tóxicos, presas de relave o agua potable, usar energía de fuentes renovables y ser carbono neutral. Imagen: página web de Sigma Lithium

Litio verde en Brasil
La mayor atención en el mercado del litio la suelen tener Argentina, Bolivia y Chile, el llamado ‘triángulo ABC’ que contiene las mayores reservas del mundo.

Brasil -que alberga unas 1.3 millones de toneladas de recursos de litio calculadas, según el informe anual de commodities minerales del Servicio Geológico de Estados Unidos publicado en marzo de 2025- intenta también abrirse camino en ese mercado. Ocupa el décimo lugar a nivel global en depósitos de litio de extracción económica o técnicamente factible. A diferencia de sus vecinos al oeste, cuyo litio se encuentra en piscinas de salmuera en lo alto de los Andes, el brasilero suele hallarse en rocas de origen volcánico conocidas como pegmatitas y el auge de prospección ya llegó incluso a la Amazonia, como cuenta otra investigación de este proyecto hecha por Repórter Brasil. (Lea la historia “La fiebre del litio avanza hacia la Amazonia brasileña y afecta a 21 áreas protegidas”).

Una de esas empresas es Sigma Lithium Corporation, una minera canadiense que cotiza en las bolsas de valores de Toronto y Nasdaq de Estados Unidos, y que desde hace una década opera en el valle de Jequitinhonha, en el noreste de Minas Gerais. Allí, en los municipios de Itinga y Araçuaí, 600 kilómetros al norte de Belo Horizonte, tiene sus principales activos: la mina de Grota de Cirilo y la planta de procesamiento Greentech.

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En 2021, Sigma celebró su entrada en la Bolsa de Valores de Nueva York. Fotografía: Sigma Lithium

Desde abril de 2023, Sigma extrae y procesa allí el litio que luego es usado para fabricar las baterías con que funcionan los vehículos eléctricos esenciales para alejarnos de los combustibles fósiles que hoy todavía mueven gran parte del transporte mundial. Ese mismo litio también se está empleando cada vez más en baterías que permiten almacenar a gran escala la energía producida por fuentes renovables como el sol o el viento, de modo que esa electricidad no esté disponible únicamente cuando está soleado o soplando. El transporte y la generación de energía eléctrica son los sectores que más emisiones de gases de efecto invernadero producen en el planeta.

En octubre de 2024, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) del estado brasileño le aprobó un financiamiento de 486.8 millones de reales (unos 89,37 millones de dólares, al tipo de cambio de la época) para la implantación de una nueva unidad de procesamiento que Sigma denomina su “segunda fábrica neutra en carbono Greentech”. Los recursos provienen del Nuevo Fondo Clima, un instrumento financiero vinculado al Ministerio de Ambiente y destinado a la mitigación del cambio climático.

Dado el papel estelar  de su producto insignia en la transición energética y las disputas geopolíticas que han llevado a designarlo como un “mineral crítico”, sumado a la creciente proliferación de conflictos sociales y ambientales en proyectos de litio alrededor del mundo, quizás no sea sorprendente que la narrativa pública de Sigma gire en torno a los logros tecnológicos que le permiten vender hoy su litio como “verde” y “quíntuple cero”. Es una narrativa que la empresa ha presentado en varias cumbres de Naciones Unidas sobre cambio climático, incluyendo Glasgow en 2021, Sharm al Sheikh en 2022 y Dubai en 2023. Y también una estrategia que ha sido destacada por actores de la sociedad civil brasileña, como los institutos Arapyaú e Itaúsa que incluyeron las iniciativas de Sigma para reducir emisiones y mitigar impactos de la actividad minera en su reciente informe sobre soluciones del sector privado basadas en la naturaleza y el clima.

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La presidenta de Sigma, Ana Cabral, celebra el primer envío de la minera en una ceremonia que contó con el vicepresidente Geraldo Alckmin y los gobernadores de Minas Gerais y Espírito Santo, Romeu Zema y Renato Casagrande. Fotografía: Cristiano Machado / Imprensa MG

“Un producto premium con precio premium”
El 26 de julio de 2023, Sigma Lithium anunció con orgullo que había hecho su envío inaugural de 15 mil toneladas de “litio sostenible de alta pureza apto para baterías” y otras 15 mil toneladas de subproductos desde el puerto de Vitória.

“Fuimos fundados con la misión de producir litio ambientalmente sostenible con las menores emisiones de gases de efecto invernadero posibles”, se felicitó Ana Cabral, la presidenta de Sigma. “Con la satisfactoria ejecución de nuestro primer envío, celebramos el cumplimiento de nuestra misión: fuimos capaces de alcanzar nuestro objetivo de cero emisiones netas mucho antes de lo previsto, por delante del sector metalúrgico y minero en su conjunto”.

Ese carácter ambientalmente sostenible y carbono neutro le permitió a Sigma vender su litio a un precio más alto en el mercado de 3500 dólares por tonelada de litio y 350 dólares por tonelada de subproductos. “Un producto premium con precio premium”, en palabras de la minera.

Su cliente fue Yahua International Investment and Development Co. Ltd., una empresa hongkonesa que forma parte del grupo empresarial chino Yahua Group. Esta provee hidróxido de litio a fabricantes de vehículos eléctricos como el estadounidense Tesla -propiedad del magnate Elon Musk- o el chino BYD, así como a la empresa china Contemporary Amperex Technology Co. Limited (CATL), la mayor fabricante de baterías del mundo.

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"Por fortuna para el planeta y para la industria de vehículos eléctricos, ahora hay litio verde para autos verdes". Así celebró Sigma Lithium su primer cargamento en 2023, que describió como carbono neutral. Fotografía: LinkedIn de Sigma Lithium

Para cumplir su promesa de alcanzar la carbono neutralidad en toda su cadena de producción de litio, Sigma acudió al mercado voluntario de carbono. Compró 59.000 créditos de carbono, para compensar el mismo número de toneladas de CO2 emitido.

El negocio es, en el papel, un gana gana. Los proyectos REDD+ -el tipo de iniciativa del mercado de carbono que eligió la minera- suelen enlazar a comunidades locales o propietarios privados que evitan la deforestación en ecosistemas estratégicos para frenar la crisis climática con empresas que buscan, como Sigma, compensar su huella de carbono pagándoles a los primeros por poder usar sus resultados ambientales. Es un mecanismo de finanzas climáticas que busca traer dinero del sector privado a quienes están en la primera línea de la conservación.

Para ello, Sigma firmó un acuerdo con la empresa Carbonext, una de las mayores en el mercado de carbono en Brasil. Ambas celebraron públicamente la alianza. La minera enfatizó que “los créditos de carbono generados por Carbonext y sus socios son de alta calidad e integridad”. Janaína Dallan, la presidenta de Carbonext, subrayó que “proyectos como los que apoya Sigma protegen más de dos millones de hectáreas del bioma amazónico, con seguimiento constante por satélite y sobre el terreno para garantizar la alta integridad y calidad de los proyectos de conservación forestal”. Como anunciaría Sigma, gracias a ese esquema “logró exitosamente emisiones netas de carbono cero” en su envío pionero. Esto ocurrió, en sus palabras, “26 años antes de los objetivos de las Naciones Unidas para 2050”.

Sigma no es la única minera que está haciendo énfasis público en su desempeño ambiental.

“Hoy resulta cada vez más beneficioso económicamente tener un discurso sobre sostenibilidad. Muchas empresas lo están haciendo no solo para tranquilizar a la sociedad civil o a los reguladores, sino que ha surgido una especie de mercado secundario para el ‘litio verde’, el ‘cobalto verde’ o el ‘níquel verde’ en el que estos minerales pueden alcanzar un precio ligeramente más alto porque a alguien en la cadena de suministro -como el fabricante de baterías o de vehículos eléctricos, o quienquiera que compre el producto final- le importa su huella ambiental”, dijo a esta alianza periodística la investigadora estadounidense Thea Riofrancos, profesora de Providence College y autora del libro recién publicado Extraction: the frontiers of green capitalism sobre el boom global del litio. Para Riofrancos, “al final, se ha vuelto también un tema de transmitir una marca a los compradores”.

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La presidenta de Sigma Lithium, Ana Cabral, con el ex secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, durante una conferencia sobre nuevas economías para la Amazonia. Fotografía: LinkedIn de Sigma Lithium 

Un proyecto de carbono que escondía deforestación
Solo que el proyecto de carbono que terminó eligiendo Sigma Lithium a mediados de 2023 para compensar sus emisiones, llamado Unitor REDD+ Project, arrastraba un problema grave que saldría a la luz pública casi un año después.

El 28 de agosto de 2023, Sigma Mineração S.A. -una de las dos filiales brasileras de Sigma- canjeó 59.000 créditos, según el registro de transacciones de la certificadora estadounidense Verra que avaló la iniciativa. Lo hizo, según el propio registro que desglosa seis transacciones, con el objetivo de “compensación ambiental de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) relacionadas con la producción anual de Sigma Lithium en Brasil”.

El proyecto elegido, llamado Unitor, gira en torno a 15 haciendas colindantes en Lábrea, en el suroeste de Amazonas, cerca de la frontera con Bolivia. Es un área que, según el documento de diseño del proyecto (PDD en la jerga del sector), presentó la cuarta tasa más alta de deforestación en Brasil entre 2008 y 2020. Al entrar dentro del proyecto, estas propiedades privadas -que suman 99.035 hectáreas- buscaban evitar el escenario más común en esa región cercana a Acre y Rondônia, de “deforestación más allá de los límites establecidos por el Código Forestal Brasileño y venta de madera ilegal, seguida de la implementación de operaciones ganaderas no sostenibles”.

El proyecto listaba dos proponentes: la empresa desarrolladora del mercado de carbono Carbonext Consultoria Ltda. y la empresa agropecuaria Ituxi Administração e Participação Ltda., propietaria de uno de los predios incluidos en el esquema ambiental. También aparecen en los documentos del proyecto varios propietarios más, incluyendo tres empresas y cinco personas naturales, así como la consultora Avix Engenharia e Estudos Técnicos. La cara visible de toda la iniciativa ambiental era el empresario Ricardo Stoppe Junior, un médico de São Paulo descrito por un portal de noticias económicas como el mayor vendedor individual de créditos de carbono de Brasil y “uno de los mejores ejemplos de cómo ganar dinero sin talar bosques”. Stoppe ha estado ligado al menos a cinco proyectos REDD+, según la Radiografía del mercado de carbono publicada por el CLIP: tres se encuentran en pausa, uno fue rechazado por el certificador Verra y uno está en formulación. Los dos últimos no han llegado al mercado. 

Validado por la auditora española Aenor y certificado por Verra en mayo de 2022, el proyecto Unitor vendió sus primeros créditos ese mismo año.

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Sin embargo, no todo es lo que parecía. En mayo de 2024, se encontró que Unitor y otro proyecto llamado Fortaleza Ituxi, (ambos ligados a Ricardo Stoppe Jr.) presentaban inconsistencias entre el volumen de madera declarado a las autoridades y la cantidad realmente talada, según imágenes de satélite.El análisis de las imágenes fue realizado por el Center for Climate Crime Analysis (CCCA) (Centro de Análisis de Delitos Climáticos) para la investigación periodística de Mongabay, en el marco del proyecto colaborativo Carbono Opaco, liderado por CLIP.

La discrepancia encontrada en las imágenes sugería irregularidades en la gestión de la madera. Grupo Ituxi, la empresa responsable de ambos proyectos, negó a Mongabay cualquier relación con las sospechas y afirmó que todas sus iniciativas son auditadas y certificadas.

Dos semanas después de la publicación del reportaje, la Policía Federal lanzó la Operación Greenwashing contra los responsables de los proyectos de carbono, analizando posibles vínculos con un esquema de acaparamiento de tierras y deforestación ilegal. Este año, la Policía Federal concluyó la investigación e indició a Stoppe Junior y a otras 30 personas por apropiación indebida de tierras públicas para la generación de créditos de carbono, entre otros delitos, según reveló en octubre el periódico Folha de Sao Paulo. Para la Policía Federal, existía una organización criminal en torno al esquema.

Stoppe fue detenido en junio de 2024, pero se encuentra actualmente en libertad provisional, con vigilancia electrónica. El informe final de la investigación de la Policía Federal está siendo analizado por el Ministerio Público Federal, que decidirá si denuncia el caso ante la justicia.

El 13 de junio de 2024, una semana tras la Operação Greenwashing, la certificadora Verra -que había aprobado los proyectos originalmente- los suspendió "hasta que se hayan resuelto todos los problemas o incertidumbres detectados". Carbonext señaló a esta alianza periodística que el 8 de junio escribió a Verra informando del operativo policial y de su decisión de “suspender cualquier venta, transferencia, generación y emisión de créditos de dichos proyectos hasta nuevo aviso de las autoridades”. A octubre de 2025 Unitor aparecía en la plataforma de Verra como "en pausa".

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La ficha del proyecto Unitor en la plataforma de la certificadora Verra lista su estatus como ‘en pausa’ o ‘en hold’.. Imagen: registro de Verra

Sigma Lithium señaló a esta alianza periodística por correo electrónico que “no utiliza créditos de carbono desde 2024, cuando decidió dejar de utilizar certificados externos de compensación ambiental”. Esa decisión, explicó, “refleja la evolución de la estrategia ESG [factores ambientales, sociales y de gobernanza] de la empresa, que pasó a priorizar la reducción efectiva de las emisiones en sus operaciones, sustituyendo los mecanismos de compensación por acciones concretas de descarbonización y eficiencia ambiental”.

La minera también señaló en su correo electrónico del 16 de octubre que está centrada en su estrategia “Quíntuple Cero”, que describió como un “modelo pionero en el sector de la minería sostenible”. Entre sus cinco pilares citó uno que no figura en la descripción de la estrategia en su página web y en sus comunicaciones: cero accidentes laborales en los últimos dos años y cero fatalidades en 12 años, desde la fundación de la empresa. Fuera de ese quinteto quedaron las cero emisiones. Ante la pregunta de si habían modificado la fórmula del litio ‘quíntuple cero’, la empresa no había respondido al momento de la publicación de este reportaje.

Además de Sigma, compraron créditos de Unitor empresas como la auditora PwC International, la petrolera estatal colombiana Ecopetrol, la petrolera estatal austriaca OMV, la chocolatería belga Guylian o la concesionaria del aeropuerto de Belo Horizonte.

Un problema de posible integridad ambiental para Sigma
Aunque Sigma Lithium no es responsable de las acciones de los promotores del proyecto Unitor y hasta donde esta alianza periodística ha podido comprobar no está señalada en la investigación policial, su nombre y su condición de compradora de créditos del proyecto apareció en al menos un documento de las autoridades brasileñas.

El Ministerio Público Federal en Amazonas recomendó la suspensión de todos los proyectos de créditos de carbono en ese estado y destacó las controversias provocadas en este mercado. “Hay información sobre grandes empresas y marcas globales que utilizan los créditos irregulares mencionados para hacerse pasar por sostenibles ante sus consumidores”, escribió en agosto de 2024. Sin embargo, la recomendación no se implementó.

Al menos desde mediados de 2024 le debió quedar claro a Sigma que los créditos de Unitor que usó para compensar sus emisiones -y anunciar la carbono neutralidad de sus operaciones el año anterior- eran problemáticos. En la jerga del mercado de carbono, pueden haber resultado de baja integridad ambiental.

Era un problema porque la meta de carbono neutralidad de la minera está fuertemente amarrada a las compensaciones u offsets. Como explica en un informe a sus accionistas, sus “ambiciosas metas de cero emisiones netas” son “medidas como emisiones menos créditos de carbono”.

Otro informe similar de 2023 detalla mejor su estrategia ‘net zero’: la minera asumiría la responsabilidad de todas sus emisiones de alcance 1 (sus emisiones directas), 2 (las de su consumo de energía) y 3 (las de su cadena de valor). Para éstas últimas, planteó lograrlo en dos fases: una primera en 2023 que incluiría las emisiones del transporte de 700 kilómetros desde Minas Gerais hasta el puerto de embarque de Vitória y otra a partir de 2024 incluyendo ya las del transporte marítimo hasta el puerto de entrega. Para el transporte preveía usar biocombustibles, mientras que para las emisiones residuales -o que no pudiera reducir por otros métodos- acudiría a créditos de carbono. Un año después, otro informe de la empresa mantuvo esos compromisos pero difirió en un año el cumplimiento de la meta para el alcance 3.

Contaba, probablemente, con que serían créditos de carbono de buena calidad y no terminarían en el centro de una investigación policial. Varias empresas brasileñas que usaron créditos de proyectos ligados a Stoppe se encontraron en una situación similar a la de Sigma a raíz de la Operação Greenwashing. Algunas han hablado públicamente sobre medidas correctivas que tomaron: el banco Itaú y la empresa de alquiler de vehículos Localiza dijeron a InfoAmazonia haber adquirido nuevos créditos para reemplazar los créditos que usaron del proyecto Fortaleza Ituxi.

Esta alianza periodística preguntó a Sigma cuál es el procedimiento de debida diligencia que usa para evaluar la calidad de los proyectos ambientales en los que invierte, a qué otros proyectos ha comprado y qué medidas tomó una vez se enteró de los líos legales de Unitor, incluyendo si compró nuevos créditos para reemplazarlos. También le consultamos si comunicó a sus compradores y a sus accionistas el hecho de que el ‘cero’ emisiones de su fórmula quíntuple cero podía haber quedado comprometido por la Operação Greenwashing de la Policía Federal. Tampoco encontramos ninguna mención al proyecto Unitor o al operativo Greenwashing en ningún documento en la página web de la minera, ni otras transacciones de créditos a nombre de Sigma en el registro público de Verra. (Puede ver las preguntas hechas a Sigma acá).

Dado que es un mercado relativamente nuevo, no hay una metodología clara y explícita sobre cómo deberían proceder las empresas que se percatan de que los créditos que compraron y usaron resultaron ser tener problemas graves ambientales o sociales. Sin embargo, tres expertos consultados por Repórter Brasil y el CLIP coinciden en que hay una responsabilidad de transparencia de esas empresas hacia sus clientes, inversionistas y la ciudadanía.

"Si se trata de una empresa seria, al tener conocimiento del caso, debería informar a los inversionistas y clientes, avisar que va a descartar los 59 mil créditos por no estar segura de su integridad y comprar otros para garantizar la producción carbono cero, esta vez prestando más atención a su calidad. Según el resultado de la investigación, si se comprueba que son regulares, entonces podría utilizarlos. «Lo primero que hay que hacer cuando una operación como esta se hace pública es retirar los créditos del mercado y comprar nuevos créditos», defiende Shigueo Watanabe Jr, investigador de la organización ambiental Climainfo con más de dos décadas de experiencia en créditos de carbono. También forma parte del comité técnico de Gold Standard Foundation, la segunda mayor certificadora de créditos de carbono en el mundo.

Otra investigadora entrevistada por el reportaje, que prefirió permanecer en el anonimato por trabajar en el sector, coincide en que las empresas deberían actuar de forma pública y transparente. “Una empresa que sea parte interesada en un proyecto involucrado en un escándalo por posibles delitos ambientales debería hacer algún tipo de notificación pública, además de indicar su postura y lo que está haciendo para remediar la situación. Es una cuestión de reputación”, dijo.

Carbonext señaló a esta alianza periodística que, tan pronto tuvo conocimiento de las investigaciones, rescindió judicialmente los contratos de prestación de servicios para el desarrollo de los tres proyectos de carbono y notificó a Verra. “La Policía Federal de Brasil ha puesto en marcha una operación con el objetivo de investigar presuntas ilegalidades relacionadas con determinados proyectos de carbono debido a la supuesta falsificación de la documentación sobre el origen de los títulos de propiedad de los terrenos por parte de los propietarios”, le escribió a la certificadora el 8 de junio de 2024, en un correo electrónico que proporcionó al CLIP.

A raíz de que “dichos créditos podrían verse afectados en cuanto a su propiedad y legalidad”, explicó la desarrolladora de proyectos de carbono, decidió suspender “cualquier venta, transferencia, generación y emisión de créditos de dichos proyectos hasta nuevo aviso de las autoridades”. Las iniciativas ligadas a Stoppe, que antes figuraban en su página web, ya no aparecen allí. 

Carbonext no respondió si notificó de la suspensión de Unitor a las empresas que usaron sus créditos, ni si recomienda algún procedimiento a los compradores para reemplazarlos. En su visión, “no ha habido ningún problema de integridad ambiental” dado que “los trabajos propuestos por el proyecto se han implementado, auditado y sus resultados se han comprobado” y “los créditos generados (...) siguen siendo válidos por la conservación comprobada del bosque en las propiedades, aunque el certificado de titularidad emitido por los organismos competentes está siendo investigado por sospecha de corrupción”. También argumentó que “en ningún segmento de la economía una empresa privada tiene el poder de investigar el fraude en organismos público; solo las autoridades pueden hacerlo”. (Puede ver las respuestas completas de Carbonext aquí).

La certificadora Verra dijo a esta alianza periodística que no informa a los usuarios de créditos de la suspensión de un proyecto dado que “Verra no participa en transacciones de mercado, lo que significa que no tenemos una relación directa con el ‘usuario final’”. Su proceso, explicó, consiste en publicar una carta de notificación en el registro del proyecto “para que las partes interesadas estén al tanto de su estado” y realizar “una revisión de control de calidad” que puede dar pie a otras acciones y que, en el caso de Unitor, aún no está lista. La certificadora no respondió qué procedimiento recomienda que sigan los usuarios finales cuando un proyecto es suspendido por problemas de integridad ambiental. 

Ituxi Administração e Participação Ltda. y Ricardo Stoppe Junior también fueron contactados, pero no fueron encontrados al cierre de este reportaje.

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Planta de procesamiento de Sigma en el valle de Jequitinhonha en Minas Gerais. Fotografía: Twitter de Sigma Lithium

Al menos uno de los principales accionistas de Sigma tiene un interés declarado de que sus inversiones sean cada vez más bajas en emisiones de gases de efecto invernadero. El Norges Bank Investment Management, que administra el Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega y a través de éste el fondo soberano de inversión más grande del mundo, busca que todas las empresas en su portafolio “se comprometan a alcanzar la carbono neutralidad para 2050 o antes y que alineen sus actividades con los objetivos del Acuerdo de París” y “establezcan objetivos intermedios de reducción de emisiones basados en datos científicos”. Entre los criterios ambientales para invertir del fondo, que contaba con el 2.2 por ciento de las acciones de Sigma a marzo de 2025 y era su cuarto mayor accionista individual, está que “las empresas divulguen información climática de calidad y relevante”.

Consultado por si estaba al tanto de los problemas de posible falta de integridad ambiental de los créditos de carbono usados por Sigma para certificar su carbono neutralidad en 2023, Norges Bank Investment Management dijo a esta alianza periodística que “no tiene ningún comentario”.

Entre el centenar de accionistas de Sigma hay sobre todo gestoras globales de inversiones (asset managers) y bancos de todo el mundo. La mayor inversionista, con 43 por ciento de las acciones, es la empresa brasilera A10 Investimentos Ltda, una gestora de inversiones que es representada legalmente por la presidenta de Sigma Ana Cabral y controlada -según el informe financiero anual más reciente de la minera- por Marcelo Freire da Paiva, co-presidente con Cabral de la junta directiva de Sigma. Le seguían a marzo de 2025 las gestoras de activos Fitpart Fund Administration Services Ltd (con 7.4 por ciento), Appian Way Asset Management LP (con 4.42 por ciento), el banco suizo Julius Baer (con 2 por ciento), la firma de servicios financieros Citadel Group (con 2%), BlackRock Inc., el mayor gestor de activos del mundo (con 1.5 por cieno, aunque llegó a tener casi 5 por ciento) y la brasilera Nucleo Capital Ltda (1.3 por ciento). Esas gestoras de capital invierten en empresas que cotizan en bolsa como Sigma para incluirlas dentro de fondos de inversión que administran y según su desempeño bursátil dan rentabilidad a miles de inversionistas privados o institucionales que depositan su dinero en éstos. La identidad de esos inversionistas finales no es pública.

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Fitpart señaló a esta alianza periodística que ya no es accionista de Sigma Lithium, que así lo reportó al regulador estadounidense SEC (aunque aún figura en los más recientes estados financieros de Sigma como accionista hasta junio de 2025) y que “el equipo que se encargó de esta inversión ya no trabaja con nosotros”. Citadel Group y Julius Baer respondieron por correo electrónico que no comentarían a los problemas del proyecto de carbono usado por Sigma. Appian Way, BlackRock y Nucleo Capital no respondieron a los correos enviados. 

El destino del litio quíntuple cero
El comprador del primer cargamento de litio, que Sigma declaró carbono neutral tras comprar créditos del proyecto Unitor, fue la empresa hongkonesa Ya Hua International Investment and Development Co. Limited, una filial de la empresa china Sichuan Yahua Industrial Group Co. más conocida como Yahua Group.

El grupo comenzó a operar en el sector químico en 1952 y es uno de los más antiguos de China. Actualmente sus negocios se dividen entre explosivos civiles y la cadena de producción de litio, incluyendo la exploración minera, el procesamiento y la venta de productos.

La empresa afirma desempeñar un “papel fundamental en la cadena de valor de la energía limpia” y cuenta con una importante cartera de clientes. Entre sus proveedores directos se encuentran empresas de vehículos eléctricos y baterías, como Tesla, BYD y CATL. Además, Yahua destaca que sus productos llegan a otras empresas del sector, como BMW y Volkswagen.

El grupo Yahua lleva al menos seis años suministrando litio a Tesla. En 2020, la empresa firmó un acuerdo para suministrar entre 63 mil y 88 mil toneladas de litio hasta 2025, por un valor de entre 630 y 880 millones de dólares, según Reuters. En 2023, ese mismo acuerdo se renovó hasta 2030 y la cantidad de producto prometida se situó entre 207 mil y 301 mil toneladas. En junio de 2024 se firmó un nuevo contrato que estableció una asociación hasta 2027 con posibilidad de prórroga hasta el año siguiente. La cantidad y el valor del carbonato de litio aún se desconocen.

Al igual que su proveedor Sigma, Yahua concede gran importancia a la reducción de sus emisiones y ha “firmado varios compromisos para reducir la huella de carbono de sus productos”, que describe en su último informe de sostenibilidad como “verdes y con bajas emisiones de carbono”. El año pasado, el grupo publicó un documento con directrices para reducir su huella de carbono y celebró su certificación por el Responsible Minerals Assurance Process, sello de la Responsible Minerals Initiative basado en las directrices de la OCDE sobre la debida diligencia para cadenas de suministro responsables de minerales.

Esta alianza periodística preguntó a Yahua si Sigma Lithium le informó que su carga vendida en 2023 fue compensada con créditos de carbono de un proyecto que estaba siendo investigado por la Policía Federal y que había sido suspendido. Hasta la fecha de publicación, Yahua no había respondido..

La fabricante de baterías CATL confirmó que Yahua Group forma parte de su cadena de suministro pero señaló que “según nuestro sistema de trazabilidad y el mapeo de nuestra cadena de suministro, podemos verificar que los materiales suministrados a CATL por Yahua no provienen de Sigma Lithium”. La empresa añadió que realiza “rigurosos protocolos de debida diligencia” a sus proveedores, incluyendo auditorías de terceros, inspecciones in situ y un monitoreo continuo de los impactos ambientales y sociales. “Hasta ahora, no se han detectado riesgos para la salud pública ni ambientales en estas entidades, incluido el Grupo Yahua”, añadió.

BYD no respondió a un correo electrónico preguntando qué medidas adoptó para verificar el origen del litio comprado a Yahua Group y garantizar que no presenta irregularidades sociales o ambientales. Tesla también fue contactada pero no respondió.

Alertas por posibles impactos en el territorio
El cuestionamiento en torno al “litio carbono cero” no es el único tema que rodea a la empresa. Asociaciones de pueblos tradicionales, organizaciones de la sociedad civil y organismos públicos han denunciado los posibles impactos negativos de la industria del litio en la región.

“Más de 100 familias afectadas alrededor del proyecto sufren a diario impactos negativos, daños colectivos e individuales, como altos índices de ruido, polvo, grietas en las casas, problemas de salud y pérdidas en la producción de alimentos”, dice una carta firmada el 21 de agosto de 2025 por 68 entidades, incluyendo organizaciones quilombolas, indígenas, sindicatos de trabajadores y políticos locales. Un mes después, el Instituto de Defensa del Consumidor (Idec) publicó un estudio retomando algunas de esas preocupaciones y cuestionando la pertinencia del financiamiento concedido por el BNDES estatal en el marco de su programa Guía de Bancos Responsables. Entre otras cosas, el Idec señala una “posible contradicción entre el discurso de sostenibilidad y las prácticas efectivas de Sigma”.

La carta de las 68 entidades fue una respuesta al homenaje hecho por la asamblea legislativa de Minas Gerais a la presidenta y cofundadora de Sigma Lithium, Ana Cabral. Dos días después, ella recibió el título de ciudadana honoraria del estado por los “relevantes servicios prestados a Minas Gerais” y en su discurso destacó que “los extranjeros no pronuncian ‘Jequitinhonha’, se convirtió en Lithium Valley”, en referencia a la iniciativa ‘Vale do Lítio’ lanzada por el gobierno del estado en 2023 para impulsar la explotación del mineral en la región.

En un dictamen publicado en diciembre de 2024, el Ministerio Público Federal (MPF) advirtió que la explotación del litio es una actividad de alto impacto ambiental “con potencial para agravar la vulnerabilidad de comunidades tradicionales”. El documento identificó 258 comunidades tradicionales afectadas por diversas empresas. “El punto central es la negación y la invisibilización de las comunidades tradicionales y la interferencia en su modo de vida sin consulta previa”, señaló Helder Magno da Silva, fiscal del MPF que solicitó el dictamen. 

En el caso de Sigma, el documento destaca que existe una “clara deficiencia” en la concesión de licencias ambientales en lo que respecta al análisis hídrico y la existencia de fallas en los estudios de impacto ambiental, factores que, según el MPF, “aumentan la vulnerabilidad y la exposición de las poblaciones tradicionales a los impactos de la minería sobre el derecho fundamental de acceso al agua”.

A principios de septiembre, el MPF envió una recomendación a la Agencia Nacional de Minería solicitando la suspensión y revisión de las autorizaciones de exploración y extracción de litio en Araçuaí, donde Sigma opera. El documento enfatiza la necesidad de una consulta libre, previa e informada a las comunidades afectadas que no hayan sido debidamente escuchadas antes de la aprobación de los proyectos.

Además del acceso al agua, otro problema señalado por el MPF es la emisión de polvo y la presencia de residuos tóxicos “asociados a problemas respiratorios y enfermedades de la piel en las poblaciones cercanas”. Una de ellas es la comunidad de Piauí Poço Dantas, una aldea de agricultores familiares cercana al complejo minero Grota do Cirilo. “Respiramos polvo las 24 horas del día”, contó un residente que habló bajo condición de anonimato por temor a represalias, refiriéndose a una de las veces que el polvo invadió la comunidad.

Los residentes de Piauí Poço Dantas también informaron del aumento del ruido en la comunidad y de grietas en las casas provocadas por las sacudidas generadas por las detonaciones. Estas percepciones figuran en un informe técnico de la Fiscalía del Estado de Minas Gerais (MPMG), en el que se escuchó a cuatro comunidades de los alrededores del proyecto.

Esta alianza periodística preguntó a Sigma por el informe del Idec cuestionando la financiación concedida por el BNDES, por los documentos del Ministerio Público Federal y por la carta firmada por 68 organizaciones. La empresa no respondió, pero en otros medios negó cualquier irregularidad en la consulta previa, relación con comunidades vecinas o su récord ambiental.

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Los residentes de la comunidad Piauí Poço Dantas atribuyen las grietas en sus casas a la operación de Sigma. Fotografía: archivo personal

Entre tanto, Sigma ha seguido vendiendo su ‘litio quíntuple cero’ -es decir, carbono neutral- a otras empresas globales. En septiembre de 2024, la minera informó que envió 22 mil  toneladas al gigante automotriz japonés Mitsubishi. Entre ese mismo mes y abril de 2025, reportó haber hecho cuatro cargamentos sumando 76 mil toneladas a la empresa comercializadora de metales y minerales críticos IRH Global Trading Ltd de Emiratos Árabes Unidos, propiedad del Royal Group de Abu Dhabi. 

En todas esas transacciones la minera enfatizó el ‘cero emisiones’, aunque no reportó públicamente si usó créditos de carbono o a cuáles proyectos acudió para lograrlo. El registro público de transacciones de Verra no lista más operaciones en las que Sigma figura como beneficiario, aunque el mercado voluntario de carbono permite a los usuarios elegir que su nombre no figure públicamente. Ante la consulta, Sigma respondió que no usa créditos de carbono desde 2024, aunque no detalló las medidas de descarbonización y eficiencia ambiental que incorporó en sus operaciones.

Al final, Sigma dio un revolcón a su estrategia de compensaciones ambientales después de que los créditos que usó para reducir las emisiones de su primer año de producción vinieron de un proyecto que está bajo investigación de la Policía Federal por posibles delitos ambientales. A pesar de eso, la minera hasta hoy sigue sin hablar de ese problema públicamente.

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Litio en Conflicto es un proyecto liderado por el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) en alianza con Consenso (Paraguay), La Región (Bolivia), Quinto Elemento Lab (México), Repórter Brasil (Brasil), Ruido (Argentina), Climate Tracker América Latina, Dialogue Earth, Mongabay Latam y Columbia Journalism Investigations (CJI), sobre cómo está funcionando la industria del litio en América Latina. Con el apoyo del equipo legal El Veinte.

Esta investigación contó con apoyo del Rainforest Investigations Network (RIN) del Centro Pulitzer. 

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